jueves, 17 de septiembre de 2009

Jugo, brillo, y debió golear



Excepcional tarea del equipo de Ricardo Gareca en la noche del miércoles 16 de septiembre, fecha que será recordada por quienes vieron el partido, seguramente, como aquella vez en la que el juego del equipo velezano deslumbró a propios y extraños, apabullando por momentos a Boca, al que solo le faltó golearlo para estar acorde con una magnífica producción futbolística.
El gol marcado por Cristaldo tras la asistencia de Cubero, figura del partido, le da a Velez el pase a cuartos de final en la Copa Sudamericana.


El fútbol tiene a veces estas extrañas situaciones donde un equipo supera ampliamente a su rival y no puede demostrarlo claramente en el marcador. Y a Velez le pasó justamente eso, no pudo plasmar fielmente la superioridad que manifestó durante unos setenta minutos, raro en el fútbol de hoy, en el marcador. Porque cualquier hincha o amante de este maravilloso deporte, no podrá negar que, lo que Velez produjo ante Boca fue una verdadera manifestación de clase futbolística, demostrándole a su rival que posee grandes individualidades pero que su función de equipo prácticamente no existe. Los de Gareca expresaron con su juego, que el campeonato obtenido recientemente, no fue casualidad, sino la causalidad de todos aquellos factores que reúne este grupo: orden táctico, sincronía, individualidades que aparecen no como salvadores, sino en función de equipo, solidaridad y generosidad en el juego que le da en definitiva esa famosa solides que lo caracteriza.
La claridad en llegadas netas de gol que tuvo durante los noventa minutos, destacando Pato Abondancieri como figura Xeneixe, pone blanco sobre negro, y los porque del triunfo y una goleada que no fue.
Una excelente noche de Fabián Cubero, en su juego, mando y manejo de tiempos, lo posicionaron en la figura del partido y como alma del equipo y gestor del gol de Cristaldo, con una asistencia perfecta que lo puso al Churri mano a mano con el arquero, que con un zapatazo fortísimo, pareció correr el arco hasta la General Paz, le dio cifra definitiva al partido.
Destacar la confianza de este plantel para afrontar cada encuentro, sería entrar en un terreno repetido.
Nombrar jugadores por su actuación o destacar la forma casi compacta con la que actúa el sector defensivo (a excepción de Waldo Ponce que en ese lugar no desarrolla su mejor performance, da ventajas) es remanido.
La mitad de la cancha ese motor incansable, al que nunca parece acabársele el combustible, porque que quita, toca y juega y le damos habitualmente una extensa mirada en cada crónica de este Blog, para destacar sus cualidades ( Razzotti que volvía de su lesión, pareció no sentir las semanas que estuvo fuera del once inicial) no faltó esta vez a la cita. Los puntas Martinez y Lopez (tendrá que convertir porque ya se pone muy dividida la discusión, más allá de sus logros, su aceptación de juego a otro ritmo que a veces exaspera a más de uno) también son los abre caminos y a veces ejecutores del gol velezano, dan cierre a un once, que hoy por hoy no parece tener rivales a la vista que puedan desarmarlo. Podrán ganarle, pero no quitarle la marca de identidad registrada que imponen en cada partido. Esta vez fue Boca.
Que pase el que sigue, puede decir contento el hincha de Velez.


Vélez Sarsfield: Germán Montoya; Waldo Ponce, Sebastián Domínguez, Nicolás Otamendi, Emiliano Papa; Fabián Cubero, Franco Razzotti, Víctor Zapata; Maxi Moralez (m.82, Alejandro Cabral); Juan Manuel Martínez (m.34, Jonathan Cristaldo) y Hernán Rodrigo López (m.85, Leandro Caruso). Entrenador: Ricardo Gareca.


Boca Juniors: Roberto Abbondanzieri; Hugo Ibarra, Julio César Cáceres, Gabriel Paletta, Claudio Morel Rodríguez; Gary Medel (m.68, Guillermo Marino), Sebastián Battaglia, Federico Insua (m.68, Lucas Viatri); Juan Román Riquelme; Ricardo Noir (m.80, Nicolás Gaitán) y Martín Palermo. Entrenador: Alfio Basile.
Gol: 1-0, m.15 ST: Cristaldo.

Árbitro: Saúl Laverni (ARG), que expulsó a Palermo (m.83) y amonestó a Insua, Morel Rodríguez, Battaglia y Cubero.
Incidencias: Partido de vuelta de la fase preliminar de la Copa Sudamericana (eliminatoria argentina) disputado ante unos 26.000 espectadores en el estadio José Amalfitani, del Vélez Sarsfield que presentó un habitual campo impecable.

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